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jueves, 26 de abril de 2012

¿ES VERDAD QUE LOS DELFINES TIENEN LA NARIZ EN EL COGOTE? 3º ESO

Los delfines y otros cetáceos con dientes (cachalote, orca, marsopa, beluga...), así como sus otros parientes, los cetáceos sin dientes o ballenas (azul, jorobada, franca...) son mamíferos como nosotros.
Por eso, a pesar de parecer peces tienen pulmones de mamífero, corazón de mamífero, cerebro de mamífero y otros órganos propios de nuestro grupo de vertebrados.
Si son mamíferos, deberían tener las fosas nasales encima de la mandíbula superior, como nosotros o como cualquier otro mamífero y no en el cogote.
Y así es. ¿Por qué entonces parece que están en el cogote?



Los delfines y sus parientes tienen una cabeza redondeada. En la beluga o ballena blanca y en el cachalote esa "cabezota" es muy llamativa.

Pero bajo esa redondez no está el cráneo con  su cerebro en el interior, sino un órgano de estructura blanda llamado melón.

El melón está situado sobre la alargada mandíbula superior rodeado por la piel y está formado por grasa (de un tipo muy especial). Y tras el melón y delante del cráneo están las fosas nasales, que terminan en un doble orificio llamado espiráculo.
A través de este espiráculo los cetáceos respiran y al salir a la superficie expulsan el aire de los pulmones y arrastran el agua que ha quedado en el conducto, provocando ese "resoplido" tan característico.


Como sabéis, los cetáceos tienen un sistema de ecolocación que les permite detectar presas y obstáculos en la oscuridad o en aguas turbias. También lo emplean para comunicarse con sus congéneres a largas distancias. Consiste en emitir sonidos de alta frecuencia (nosotros no podemos oírlos) y captar el eco o rebote de los mismos sobre un objeto (del mismo modo pero en el aire lo hacen los murciélagos).

miércoles, 25 de abril de 2012

BACHILLERATO. NUEVO DESCUBRIMIENTO SOBRE EL VIH

Un equipo de científicos españoles ha descubierto uno de los mecanismos de entrada del virus del SIDA en las células del sistema inmunitario. Se trata de ciencia básica (conocer) que luego será aprovechada para la ciencia aplicada (sacarle utilidad).
Sin ciencia básica no hay ciencia aplicada, y con los pocos recursos que ha habido siempre en nuestro país para hacer ciencia y menos que va a haber en el futuro, resultan gratificantes noticias como éstas.



sábado, 21 de abril de 2012

¿SOIS TORPES LOS ADOLESCENTES? 1º Bch.

SIN ÁNIMO DE OFENDER: LA ALOMETRÍA EN LA ADOLESCENCIA

ATENCIÓN: ADOLESCENTES SUELTOS

¿SOIS TORPES LOS ADOLESCENTES?

Sin duda alguna. Pero no os preocupéis, eso, como las espinillas y la misma adolescencia, se cura con la edad.
Voy a referirme a un concepto llamado ALOMETRÍA, (alo- otro, distinto y metro- medida) que podría traducirse como crecimiento desigual.
El crecimiento corporal progresa lentamente durante la niñez pero al llegar a la pubertad, muchas hormonas se desatan y los “estirones” son frecuentes y en algunos casos espectaculares. No sólo se crece en estatura, los cuerpos de los niños y las niñas que hasta ese momento son semejantes en sus proporciones, comienzan también a diferenciarse, para convertirse en cuerpos de mujer o de hombre.
¿Y qué tiene que ver el encéfalo en todo esto? Pues mucho: el encéfalo tiene que controlar el cuerpo pero para eso debe conocer sus dimensiones con exactitud. Sólo así podrá manejarlo con precisión. Tiene que saber dónde termina el pie, cómo de largos son los brazos, hasta dónde llega el dedo gordo, qué potencia posee cada músculo...
Y cuando ya lo tiene todo controlado, vas y creces en unas semanas... El encéfalo tiene que aprender esas nuevas dimensiones y mientras tanto no da pie con bola: pisas al de enfrente, tropiezas con nada, tiras el vaso de agua, ERES TORPE.
Nuevamente se reajusta a las dimensiones que posee y otra vez creces, y además cada parte del cuerpo a su manera. No hay forma de ponerse al día... y así hasta que el crecimiento se va estabilizando y uno se empieza a sentir cómodo con su nuevo y definitivo cuerpo.
Todavía no estáis en la edad de “sacarse el carné de conducir”, pero este ejemplo puede servir para entender mejor el fenómeno de la alometría. Cuando se conduce un coche, hay que “tomarle las medidas”. En poco tiempo, nuestro encéfalo (básicamente cerebro y cerebelo) se hacen con las dimensiones y controlan el manejo, aprenden a maniobrar con precisión y sin llevarse las columnas del garaje por delante. Si cambias de modelo de coche, hay que ser cuidadoso porque puedes llevarte una sorpresa. Hay que reajustar todo lo que hacías con el anterior. No hay problema, nuestro encéfalo puede con ello, pero necesita un tiempo.
Otro ejemplo que muestra hasta qué punto el cerebro conoce nuestras dimensiones:
Cuando se hace una visita organizada a una factoría, en ocasiones a una cueva, nos obligan a ponernos un casco de seguridad. Estos cascos llevan un sistema que permite amortiguar un golpe fuerte y para ello sobresalen por encima de nuestra cabeza casi cinco centímetros. Pues bien, es normal irse dando porrazos a lo largo de toda la visita y tendemos a pensar:¡qué suerte he tenido, menos mal que llevaba el casco! Cuando la realidad es que sin casco no nos habríamos dado ningún golpe. Nuestro cerebro sabe perfectamente dónde termina su correspndiente cabeza, pero no dónde termina el casco (unas semanas de casco y seguro que ya no hay golpes).

miércoles, 18 de abril de 2012

LA TEORÍA DE "LOS TRES CEREBROS"


TRES EN UNO es un artículo que explica de forma divulgativa la teoría de "los tres cerebros" que poseemos los humanos. No se trata de un artículo científico, pero en lo básico nos puede servir para entender cómo nuestro encéfalo es el resultado de una evolución en la que estructuras "inventadas" tiempo atrás por antepasados no se pierden sino que se siguen utilizando con menos o más modificaciones. Pero también pueden aparecer nuevos "inventos" a partir de algunas de esas mismas partes.



Hay muchos nombres diferentes para definir a esas tres partes y creo que con toda la información de la que disponéis no habrá confusiones.
Esta otra página se refiere también a los tres cerebros, incidiendo más en el "emocional" o límbico.



ATENCIÓN: En ambos artículos se habla en algunos momentos de cerebro para referirse al encéfalo. Por ejemplo, el "cerebro reptiliano" y el "cerebro límbico" corresponden al diencéfalo y solo el "neocórtex" o corteza cerebral son en realidad cerecro o telencéfalo. 

sábado, 14 de abril de 2012

BÚSQUEDA DE GAS EN JAÉN: EL FRACKING LLEGA A NUESTRA PROVINCIA

Acaba de empezar un ambicioso proyecto de prospecciones de hidrocarburos en la provincia de Jaén y en la de Sevilla.

No se trata de perforar y que salga el petróleo a chorros como se ve en el dibujo, ya que no estamos en Texas o en los Emiratos Árabes. Se pretende extraer hidrocarburos, que los hay, pero demasiado "atrapados" en las rocas mediante una técnica, la "fractura hidráulica" que genera unos enormes impactos ambientales.
De momento, aquí va una de las noticias periodísticas acerca del tema, que ha aparecido recientemente en el Diario de Jaén.





Y aquí una página sobre la técnica de fragmentación rocosa.Pertenece a un blog de una asociación de Cantabria, región en la que las multinacionales del petróleo han puesto sus ojos antes que en Jaén.

miércoles, 11 de abril de 2012

3º ESO INTOXICACIONES ALIMENTARIAS

Efectos de la bioacumulación. Catástrofe en la bahía de Minamata (Japón)
Pinchando en la fotografía accederás a una página donde se explican las causas de una grave intoxicación por mercurio que acabó con la vida de cientos de personas y produjo enfermedades a miles de ellas. En la foto aparece una madre con su hija, que nació con graves malformaciones debido al envenenamiento.

2º ESO XILOCOPA VIOLACEA

Este abejorro de color negro y alas moradas se llama abeja de la madera porque sus larvas viven dentro de los troncos comiendo madera.
Pincha en la foto y llegarás a una págian donde se da información sobre este insecto inofensivo


Xilocopa violacea


2º ESO "EL PESALECHE" Y OTROS DENSÍMETROS

EL LACTODENSÍMETRO

La leche era y es uno de esos alimentos fáciles de adulterar porque no hay más que añadirle agua. ¿Cómo saber si la leche que nos venden está aguada?
Pues viendo si tiene o no la densidad que debe tener la leche. Si le han echado agua, su densidad será menor.
El aparato que sirve para ver si hay engaño tiene un diseño muy sencillo, se llama densímetro y funciona de la siguiente manera:

Se trata de un tubo de vidrio cerrado que contienene perdigones en su extremo inferior, le sigue un tramo ensanchado de vidrio lleno de aire y por último tienen un extremo largo y fino que contienene una escala que marca la densidad.
Sólo hay que introducirlo en un recipiente con leche y el "lactodensímetro" se hunde hasta cierta profundidad asomando el extremo de la escala. Según la densidad de la leche se hunde más o menos y señala en la escala el valor de esa densidad: si se hunde más de la cuenta es que han "bautizado la leche".



La densidad puede medirse en gramos por litro o en kilogramos por metro cúbico. Recuerda que la densidad nos relaciona la masa de un cuerpo con el volumen que ocupa.

Hay densímetros que miden la concentración de alcohol en un líquido (ginebra, ron, etc.) y se llaman alcoholímetros o también se emplean para ver si una batería de coche está desargada o cargada, ya que el ácido que contiene varía de densidad según el estado de la batería:

Si eres aficionado a los acuarios de peces tropicales y quieres tener uno de agua salada deberás comprar las sales para añadir al agua dulce. ¿Cómo saber cuál es la cantidad justa de sal que debes echar? Pues con un densímetro:



martes, 10 de abril de 2012

1º BACHILLERATO SISTEMA NEUROENDOCRINO

Entrevista y artículos relacionados con Robert Sapolsky, neurofisiólogo de la Universidad de Stanford (USA).
Este científico es el autor de un libro en el que analiza la estrecha relación que hay entre el estrés y todo tipo de problemas orgánicos que sufrimos los humanos. Dicho libro tienen un título que lo dice todo: ¿Por qué las cebras no tienen úcera?

Entrevista de Eduardo Punset a R. Sapolski



Artículo de R. Sapolsky en la revista científica Scientific American. El tema es curioso y muy interesante. La conclusión final también:


BICHOS EN EL CEREBRO. Robert Sapolsky

Ya es hora de ser un poco humildes. Algunos microorganismos pueden manipular los circuitos neuronales mejor que nosotros.
Al igual que la mayoría de los científicos, de vez en cuando asisto a reuniones de mi profesión. La reunión anual de la Sociedad para las Neurociencias conjunta a unos 28.000 investigadores, 14.000 ponencias y sus respectivos carteles. En medio de toda esta abrumadora cantidad de información, está latente la convicción de que, no obstante que la mayoría de nosotros “trabaja como un negro” en el tema, aún estamos “en pañales” en cuanto a lo que sabemos del funcionamiento del cerebro. Intimidado por tanta información e invadido por una sensación generalizada de ignorancia tenía el ánimo muy bajo. Lo que motivó mis desmoralizantes reflexiones fue una reciente y extraordinaria ponencia sobre la manera en que ciertos parásitos controlan el cerebro de su huésped. La mayoría sabemos que los virus, bacterias y protozoos disponen de sorprendentes y sofisticadas maneras de utilizar el cuerpo de los animales para su provecho. Se apropian de nuestras células, energía y estilo de vida para prosperar ellos mismos, e incluso han llegado a desarrollar la habilidad de modificar la conducta de su huésped para sus propios fines. Ejemplos comunes de ello son los ectoparásitos, microorganismos que colonizan la superficie de su huésped. Por ejemplo, ciertos ácaros se adhieren a la espalda de las hormigas y, al perforar su cabeza, producen un reflejo que las hace vomitar alimentos que el ácaro se come. Algunos oxiuros (pequeños gusanos)depositan sus huevecillos en la piel de los roedores. Los huevecillos secretan una sustancia que provoca comezón; cuando el roedor se rasca con los dientes ingiere los huevos que, una vez dentro de él, se incuban plácidamente. Los intrusos molestan a su huésped con el fin de provocar cambios en su conducta que les sean favorables. Pero algunos parásitos incluso alteran la función del sistema nervioso mismo. A veces lo logran de forma indirecta mediante la manipulación de las hormonas que influyen en él. En Australia hay percebes (Sacculina granifera, una variedad de crustáceo)que se adhieren a los cangrejos machos y secretan una hormona feminizante que induce en éstos una conducta maternal. Actuando como zombi, el cangrejo cava agujeros en la arena para los huevos. Por supuesto, el cangrejo no los depositará, pero sí el percebe. Si éste infecta a un cangrejo hembra, induce la misma conducta maternal después de atrofiar sus ovarios, práctica conocida como castración parasitaria.
Por raros que parezcan estos casos, al menos en ellos los organismos permanecen fuera del cerebro. Pero hay casos en que los parásitos se las arreglan para penetrar el cerebro. Son microscópicos, en su mayoría virus, y no gigantescas criaturas como los ácaros, oxiuros y percebes. Una vez dentro del cerebro, estos diminutos parásitos están relativamente a salvo de los ataques inmunológicos y pueden concentrar sus esfuerzos en distraer la maquinaria neurológica para su provecho.
El virus de la rabia es uno de estos parásitos. Si bien desde hace siglos se conocen las reacciones que produce, nadie —hasta donde yo sé— las ha abordado desde el punto de vista neurobiológico, justo lo que me propongo hacer. Son muchos los mecanismos que el virus podría utilizar para pasar de un huésped a otro. Para ello no necesita llegar al cerebro. Podría haber recurrido a un truco similar al de los agentes que provocan el catarro, es decir, irritar las terminaciones nerviosas de la cavidad nasal para provocar estornudos que dispersen réplicas virales por todas partes. De esta manera, el virus puede trasladarse fácilmente delhuésped a la persona que está sentada delante en el cine. O bien, el virus podría inducir un deseo insaciable de lamer a una persona o a un animal, con lo que lograría que la transmisión fuera a través de la saliva. Pero no: como todos sabemos, lo que hace es volver agresivo a su huésped, lo que le permite pasar a otro organismo a través de la saliva que penetra en las heridas producidas al morder.
Muchos neurobiólogos están dedicados a estudiar las bases neuronales de la agresión: losmecanismos cerebrales y neurotransmisores involucrados, las interacciones entre los genes yel ambiente, la modulación hormonal, etcétera. La agresión ha sido el tema central de conferencias, tesis doctorales, quisquillosas riñas académicas, desagradables disputas de autoría y demás. Sin embargo, aunque el virus de la rabia siempre ha “sabido” qué neuronas debe infectar para que alguien se vuelva rabioso, hasta donde sé, ningún neurólogo se ha dedicado específicamente a estudiar la rabia para conocer la neurobiología de la agresión. Por extraordinarios que nos parezcan los efectos virales descritos, pueden serlo aún más gracias a la inespecificidad del parásito. Suponga que usted es un animal rabioso y muerde aalguna criatura en la cual el virus de la rabia no se reprodujera bien, como los conejos. Por muy notables que fueran los efectos conductuales causados por la infección en el cerebro, si el impacto del parásito se diversificara demasiado, éste podría ir a dar a un huésped que no leofreciera ninguna oportunidad. Esto nos lleva a un caso de control cerebral maravillosamente específico y al tema de la ponencia de Manuel Berdoy y sus colegas de la Universidad de Oxford. Berdoy y suscompañeros estudiaron un parásito denominado Toxoplasma gondii. En una utopía toxoplásmica, la vida consiste en una secuencia de dos huéspedes: roedores y gatos. El roedor ingiere al protozoario y éste provoca que aparezcan quistes en todo su cuerpo, especialmente en el cerebro. El gato se come al roedor, después de lo cual, el toxoplasma se reproduce en su cuerpo. Los parásitos desarrollados se albergan en las heces fecales del gato, las cuales son mordisqueadas por los roedores y el ciclo vital del intruso inicia nuevamente. Esta trama gira en torno a la especificidad: los gatos son la única especie en la que eltoxoplasma se puede reproducir y esparcir. Al toxoplasma no le convendría que a su roedor huésped lo devorara un halcón, o que las heces del gato fuesen ingeridas por un escarabajo pelotero. De hecho, este parásito puede infectar todo tipo de especies, y para reproducirse, lo único que necesita es ir a dar a un gato. Debido al potencial del toxoplasma para infectar a otras especies, en los libros sobre qué hacer durante el embarazo se recomienda evitar tener gatos y su caja de arena dentro de la casa, y que las embarazadas eviten trabajar en el jardín si hay gatos alrededor. Si eltoxoplasma que se encuentra en las heces de un gato logra trasladarse a una mujer embarazada, también puede introducirse en el feto y causarle daño cerebral. Las mujeres embarazadas que están bien informadas se ponen inquietas ante la presencia de gatos, pero los roedores infectados de toxoplasma reaccionan de manera contraria. El extraordinario truco de este parásito consiste en lograr que los roedores dejen de ponerse inquietos. Todos los buenos roedores evitan a los gatos, una conducta que los etólogos denominan patrón de reacción fijo: el roedor no genera una aversión por ensayo y error (no tienen muchas oportunidades para aprender de sus errores con los gatos). Los roedores llevan en las entrañas la fobia a los felinos y la advertencia les llega por el olfato mediante las feromonas, señales químicas odoríficas que producen los animales. Instintivamente, los roedores huyen ante el olor a gato, incluso aquéllos que nunca han visto un gato en toda su vida, como los descendientes de cientos de generaciones de animales de laboratorio. La excepción de lo anterior son los que están infectados con toxoplasma. Berdoy y su equipo han demostrado que estos roedores pierden selectivamente su aversión y temor ante las feromonas de los gatos. Ahora bien, el anterior no es un caso general de un parásito que se mete en la cabeza de unhuésped intermedio, lo atolondra y lo vuelve vulnerable. En los roedores todo lo demás queda intacto. El comportamiento social del animal no se modifica; sigue interesado en aparearse y, por lo mismo, en las feromonas del sexo opuesto. Los roedores infectados pueden distinguir otros olores, simplemente no rehuyen los de feromonas de gato. Esto es como para dejarnos sin habla; es como si un parásito infectara el cerebro de alguien, sin que ello afectara sus pensamientos, emociones, calificaciones y preferencias de programas de televisión, pero para completar su ciclo vital, produjera en su huésped un impulso irresistible de ir al zoológico, trepar una valla y tratar de dar un beso apasionado al oso polar con pinta de ser el más enojón.
Citando el título del artículo del equipo de Berdoy, se trata realmente deuna atracción fatal inducida por un parásito. Es obvio que todavía falta mucho por investigar. Y menciono esto no sólo porque así suelen concluir los artículos científicos, sino porque este descubrimiento es algo extraordinario que alguien tiene que estudiar cabalmente. Y también porque —permítanme asumir una actitudde Stephen Jay Gould— nos aporta más pruebas de que la evolución es algo asombroso. Muchos de nosotros sostenemos la idea profundamente arraigada de que la evolución lleva un rumbo y es progresiva: los invertebrados son más primitivos que los vertebrados, los mamíferos son los vertebrados más evolucionados, los primates son genéticamente lo más selecto de los mamíferos, etc. Algunos de mis mejores estudiantes constantemente se tragan todas estas ideas, no obstante todo lo que les reitero en mis conferencias. Si uno adopta gustosamente esta idea, no sólo estará equivocado, sino tampoco muy lejos de una filosofía que considera que la evolución de los humanos ha seguido una dirección, siendo los más evolucionados los europeos del norte que gustan de las chuletas y de marchar a paso de ganso. Recuerden, existen criaturas capaces de controlar nuestro cerebro. Organismos microscópicos y otros mayores, con más poder que el Gran Hermano y, desde luego, que los neurólogos. Mi reflexión sobre un charco de la acera me llevó a una conclusión opuesta a lo que Narciso pensaba mientras contemplaba su reflejo. Tenemos que ser humildes desde el punto de vista filogenético. Sin lugar a dudas no somos la más evolucionada de las especies, ni la menos vulnerable y tampoco la más inteligente.

Artículo extraído de la revista científica Scientific American



Artículo de autoría desconocida en el que se aude a R. Sapolsky:



De la adaptación a la conducta

El éxito es una medida de adaptación. Es probable que el hombre moderno no corra demasiado riesgo de ser atrapado por un depredador, que no tenga que preocuparse por cazar su comida, o no deba competir a diario con otros machos por una hembra. Sin embargo los mecanismos básicos de esas y otras conductas animales están presentes en nosotros. El complejo y delicado mecanismo que conduce a la homeostasis es similar; podemos ser abordados por un asaltante, caer víctimas de un accidente de tráfico, padecer abuso por parte de nuestros superiores, ser víctimas de violencia sexual o bélica, vivir en un clima familiar de indiferencia o agresión. Esto también se da en el mundo animal; en varias especies, la llegada de un nuevo macho dominante lleva a la muerte a las crías del antiguo. A pesar de las violentas condiciones de su subsistencia, la presión de los miembros de su mismo grupo suele ser un agente estresante de primer nivel. El rango es un elemento clave en la lucha por la subsistencia, como explica el profesor Robert M. Sapolsky de la Universidad de Stanford. La primera evidencia de este tipo se conoce como "orden de picoteo" y consiste en cierta disposición espacial de los pollos al alimentarse, de manera que los de mayor rango o jerarquía tienen acceso a los mejores alimentos. Esta situación de desigualdad podría también darse en humanos. En estudios con animales se han podido analizar las bases fisiológicas de la propensión al estrés. En 1936, Hans Selye mientras investigaba el efecto de la inyección continuada de una determinada sustancia química en ratas, descubrió una respuesta orgánica caracterizada por la aparición de úlceras pépticas, atrofia de los tejidos del sistema inmunitario y crecimiento de las glándulas adrenales, que era idéntica a la respuesta del organismo sometido a fríos o calores fuertes, a ruidos intensos, toxinas, etc. Selye sugirió que en estas circunstancias, aparentemente diferentes, se daba una respuesta genérica común, una respuesta desagradable y con esta idea nació la fisiología del estrés y se establecieron las bases del efecto de las tensiones. Hoy sabemos que esta respuesta está mediada por la activación y la inhibición de un nutrido grupo de hormonas; sabemos también que los mecanismos que se ponen en marcha pueden perjudicar la salud, incrementar el riesgo de hipertensión arterial, úlceras, disminución de la fertilidad y de las respuestas inmunológicas. Más aún, sabemos que existe una predisposición: los estudios de Sapolsky con primates muestran que ésta aparece relacionada con los niveles basales de cortisol plasmático. Los primates con niveles basales de cortisol plasmático más bajos diferencian mejor entre acciones amenazantes y neutrales de un rival, que los que tienen niveles basales de cortisol más altos. Estas observaciones y datos se interpretan como una indicación de que el número de factores de estrés sociales a los que está sometido un individuo importa menos, desde el punto de vista fisiológico, que el estilo emocional con que se perciben y se afrontan esos factores inductores de tensión. El estudio del tipo y funcionamiento de los circuitos neuronales que modulan el miedo en los monos ha servido para conocer algunos aspectos de las alteraciones de procesos cerebrales que originan cambios emocionales en los hombres. Los monos de corta edad reaccionan con un susurro si se les separa de la madre, es un comportamiento asociativo, con el que intentan que ésta se les acerque. La vía del cerebro que controla este comportamiento es sensible al opiáceo morfina. Meses más tarde, cuando han desarrollado otras vías diferentes, en estos casos sensibles a las benzodiazepinas, son capaces de reaccionar de otras formas ante amenazas inmediatas, con inmovilidad absoluta o gruñidos. Esquematizando se puede inferir que ellas son: la corteza prefrontal donde se valora el peligro, la amígdala y el hipocampo, que inducen al hipotálamo a dirigir la liberación de hormonas que ponen en marcha la síntesis de cortisol. El cortisol sintetizado por la glándula suprarrenal tiene un papel fundamental en situacionesde amenaza ya que asegura que los músculos tengan la energía necesaria para la lucha, la huida y a su vez modula las funciones neuronales en el hipotálamo. Se ha descrito que en los niños, los niveles basales altos de cortisol se asocian con lainhibición ante una situación nueva para ellos; es más, los niños superinhibidos tienen a menudo padres que padecen ansiedad, lo que ha llevado a pensar que la herencia genética podría suponer predisposición a reacciones exageradas de miedo. En Enero de 1998 la revista médica New England Journal of Medicine publicó el artículo "Protective and Damaging Effects of Stress Mediators", donde Bruce S.McEwen, describe los mecanismos adaptativos que procuran la homeostasis, denominándolos alostasis. La carga alostática es en definitiva, el desgaste de los sistemas neuroendócrinos que se produce, tanto por una actividad extrema odemasiado baja, en respuesta a las tensiones y a la necesidad adaptativa.Y ese precio no es el mismo para todos. Bruce S. McEwen pone un ejemplo: "En la mayoría de las personas, hablar en público genera estrés. Después de tener que enfrentarse repetidamente a este suceso, muchas de estas personas se habitúan y la secreción de cortisol no se incrementa como ocurría durante los primeros discursos. Sin embargo, un 10% de estos individuos se pondrá siempre tenso cuando tenga que dar una conferencia y sus niveles de cortisol aumentarán en todas esas ocasiones. Otros, en cambio, pagarán esta tensión aumentando su presión arterial". Dos factores determinan cómo se enfrenta cada individuo a una situación de estrés. La forma en que cada uno percibe ese momento y el estado general de salud, que está determinado por factores genéticos, ambientales o del estilo de vida. Así, por ejemplo, las personas cuya tensión arterial se eleva durante horas después de producirse un hecho estresante, suelen tener un familiar directo - padre o madre- hipertenso. La impronta genética puede participar por lo tanto elevando su susceptibilidad y riesgo de eventos cardiovasculares. Así como no todas las personas reaccionan igual ante una situación estresante, tampoco todas las tensiones provocan la misma carga alostática. El primer tipo de carga alostática es la que está provocada por el estrés frecuente, aquél que causa una respuesta física inmediata. La segunda clase es la respuesta normal al estrés aunque mantenida, constante. El resultado: una exposición prolongada a las llamadas hormonas del estrés (las catecolaminas, adrenalina y noradrenalina, que son las hormonas que libera el sistema nervioso simpático, y los glucocorticoides). La tercera: cuando la respuesta física al estrés se prolonga en el tiempo. En el cuarto tipo de carga alostática se produce una respuesta física inadecuada al estrés. Desde la perspectiva clínica tanto Sapolsky como McEwen están señalando un rumbo, nuestros mecanismos adaptativos son básicamente los mismos que hace millones de años hicieron que nuestra especie abandonara Africa. Las tensiones y amenazas de la vida moderna generan cambios que aún cuando puedan permitir una razonable eficacia frente a las situaciones estresantes pueden generar una deuda, un precio que más tarde o más temprano se pagará con salud. El "saber popular" siempre señaló las emociones que matan. Ahora la evidencia científica y el abordaje multidisciplinario del problema pueden dar el primer paso en un campo cuyas implicaiones apenas se intuyen.

Artículo de autor/a desconocido/a en el que se menciona a Robert Sapolsky.

lunes, 9 de abril de 2012

3º ESO ALIMENTACIÓNY NUTRICIÓN

Artículo del diario "Público" sobre la contaminación de algunos peces con metales pesados y recomendaciones sobre su consumo.


sábado, 7 de abril de 2012

1º Bch. CRUCE DE CABLES: LA SINESTESIA

Enlace a una página de la Universidad de Granada sobre un fenómeno increíble: la sinestesia (sin: junto; stesis: sensación). No ovidéis abrir las presentaciones.


jueves, 5 de abril de 2012

CRUCE DE CABLES: ¿LUZ Y ESTORNUDO?

Soy de los que al salir a la calle y mirar hacia el Sol estornudo con fuerza. También puedo estornudar si miro fíjamente a una bombilla que emita luz intensa. En broma decía que debía de ser alergia a la luz.

Por fin he encontrado respuesta a la pregunta que me he hecho desde desde que era  niño: Y esto, ¿por qué sucede?

Resulta ser un cruce de cables, por supuesto que me refiero a "nuestros cables", los nervios.

Se trata de una característica (prefiero no llamarlo defecto) marcada genéticamente que es autosómica dominante.