El nombre estuvo mal puesto desde el principio porque se asocia a desperdicio, a algo que no sirve.
En biología es difícil que "algo no sirva para nada": el 98% del ADN de una célula (y por lo tanto de un individuo o de cualquier especie) es "ADN basura". ¿Qué célula se puede permitir el lujo de fabricar una y otra vez una cantidad tan exagerada de materia (¡con lo que cuesta buscarse la vida!) que no sirve para nada?
Por fin parece que ese ADN basura, ese ADN -del que no se tenía ni idea de para qué servía- comienza a mostrar sus secretos.
Aquí os dejo un artículo escrito por un periodista científico, Javier Sampedro que antes de eso ha sido y es Doctor en biología Molecular.
No hay comentarios:
Publicar un comentario