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viernes, 14 de junio de 2013

¡POR FIN NUESTROS GENES VUELVEN A SER NUESTROS!

¿Qué es una patente?
Es un mecanismo legal que protege al autor de un invento para que pueda explotarlo en exclusiva durante una serie de años y así evitar que terceros puedan aprovecharse.

Patente de la botella de Coca-Cola

Para patentar una creación, hay que cumplir una serie de trámites, como el de demostrar que lo que se desea patentar no está ya patentado. Y hay que pagar una cierta cantidad de dinero.
Patente de un sistema de cambio de velocidades para una bicicleta


La primera  ley de patentes aparece en Venecia en el siglo XV. En el siglo XVIII Francia dispone de leyes de protección y a lo largo del siglo XIX numerosos países han legislado para proteger los inventos y que así sus creadores puedan sacar un beneficio del esfuerzo realizado.

Estas leyes son fundamentales para el desarrollo de las sociedades humanas pues si no existiera protección para los inventores, está claro que se dejaría de investigar  y de inventar: si el beneficio de tu trabajo se lo llevan otros, no hay forma de recuperar el dinero invertido en la investigación ni se consigue financiación para posteriores creaciones. Además, la mayoría de los inventos se hacen para ganar dinero y esto en sí mismo no es reprochable.

Las leyes de patentes han surgido para proteger creaciones humanas que podemos llamar inventos, instrumentos, utensilios, materiales... se suele hablar de propiedad industrial.






Llegamos al siglo XX, y las Ciencias Biológicas despegan como un cohete: arranca la Genética, se desarrolla la Bioquímica y hace apenas 30 años los conocimientos y la tecnología permiten extraer, secuenciar, conocer y hasta manipular el ADN de muchas especies de seres vivos, incluido el nuestro. Se entra en la era de la Biotecnología.

Y comienzan a surgir los primeros y verdaderos problemas con los descubrimientos y las patentes, porque de hecho se patentan genes humanos.




Se identifica un gen (fragmento de ADN dentro de un cromosoma que contiene información para producir una proteína), se secuencia (GATTACCA...), se averigua qué función desempeña en el organismo o bien qué es lo que ocurre cuando aparece mutado y sin más se patenta. Puede parecer absurdo, pero aquí viene el aspecto ético del asunto:

Un ejemplo, el gen BCRA1 se sabe que aparece mutado en un alto porcentaje de mujeres que desarrollan un cierto tipo de cáncer de mama (de los pocos que son heredables). Así que si una mujer tiene ese gen mutado, existe una probabilidad mayor de desarrollar ese tipo de tumor que si no está mutado. Si hay antecedentes en la familia, las probabilidades son aún mayores.

La tecnología actual permite extraer ADN de una muestra de sangre y analizar si el gen está o no mutado. La patente permite explotar la técnica del análisis en exclusiva a la compañía que hizo las investigaciones sobre ese gen. Resultado: la prueba cuesta 2.500 euros.

¿Y si no hubiera patente?: la prueba vale 120 euros.



La buena noticia para la mayoría de los ciudadanos es que un tribunal estadounidense ha fallado a favor de que los genes no puedan patentarse, porque no son ningún invento humano.

Como hay mucha y buena información sobre el tema, pongo el enlace a unos artículos periodísticos donde se explican estos y otros aspectos de los genes patentados.

 http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/06/13/actualidad/1371136124_022166.html

http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/04/17/actualidad/1366160292_424515.html


Por cierto, el gen BCRA1 y algunos otros se han hecho famosos gracias a la famosa Angelina Joli. No pongo ningún enlace pero seguro que Lecturas o el Pronto lo explican todo estupendamente. 


(Este es un tema complejo y si no hay una cierta protección para quienes investigan y hacen descubrimientos, no habrá investigación. Pero entre la indefensión total y el monopolio absoluto, tendrán que diseñarse mecanismos que beneficien a todos).

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