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jueves, 7 de junio de 2012

EL OJO QUE TÚ VES NO ES OJO PORQUE TÚ LO VEAS... EVOLUCIÓN DEL OJO






"El ojo que tú ves no es ojo porque tú lo veas, es ojo porque te ve". Este pequeño aforismo es del poeta Antonio Machado y sirve de introduccón a un tema fascinante y durante mucho tiempo polémico: la evolución del ojo.
El ojo humano (y el de cualquier mamífero) es un órgano muy complejo, compuesto de muchas partes y perfecto... pero menos: los pulpos y los calamares tienen mejor diseñados los suyos. ¡Quién nos iba a decir a nosotros, "los reyes de la creación", que un molusco cefalópodo podría tener órganos más "perfectos" que los nuestros!

Como hay una página estupenda sobre el tema, directamente os pongo el enlace:

http://notaculturaldeldia.blogspot.com.es/2011/01/la-evolucion-del-ojo.html 


La ilustración que aparece a continuación muestra diferentes tipos de ojos presentes en un variado grupo de animales que pertenecen al filum de los moluscos.
En los esquemas se aprecia con mucha claridad cómo a partir de un puñado de células fotorreceptoras situadas en la piel se puede llegar a un ojo complejo sin tener que echar mano de un dios creador y simplemente recordando cómo trabaja la evolución por selección natural.



      Y aquí viene la explicación de por qué decimos que el ojo de los moluscos es más perfecto que el de los vertebrados:

La retina de nuestro ojo es la capa más interna del mismo, en ella se encuentran los fotorreceptores y varias capas de neuronas que "preprocesan" las señales visuales antes de enviarlas a la corteza cerebral visual.

Los axones de las neuronas que forman el nervio óptico parten de la zona más interna de la retina y lógicamente deberán salir del ojo. Esto implica que el nervio óptico tiene que atravesar la propia retina y el lugar por donde lo hace no contiene fotorreceptores, por lo que existe un punto ciego dentro del ojo, incapaz de captar estímulos.

Además, piensa que la luz tiene que atravesar las capas de neuronas antes de llegar a los conos y bastones fotosensibles. Por eso se dice que tenemos una retina invertida.






Esquemas de un ojo de vertebrado (izquierda) y de cefalópodo (derecha). Los diseños son muy parecidos y la gran diferencia está en la disposición de las células fotorreceptoras: en la retina invertida de los vertebrados hay un punto ciego (4) que en una retina directa no existe.







Dirección de la luz indicada por una flecha

Como ya sabéis, podemos encontrar órganos muy parecidos pero que no guardan relación de parentesco; se trata por tanto de órganos análogos. Ante un mismo problema, se ha llegado a una solución semejante, pero internamente hay una gran diferencia que indica que no son órganos homólogos.

1 comentario:

  1. Hola Luis. Soy Manuel Chica Castro, alumno tuyo en Valdepeñas de Jaén hace unos años. Acabo de descubrir gracias a mi hermana (que me lo ha dicho tarde, todo sea dicho) que tienes este blog, así que ya me tienes de asiduo seguidor del mismo.

    ¡Saludos!

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